La gran tradición de la escultura catalana: de Josep Llimona a Joan Rebull

La escultura catalana de finales del siglo XIX y de la primera mitad del siglo XX constituye uno de los capítulos más sólidos y coherentes de la historia del arte europeo. La presente subasta reúne un conjunto excepcional de obras que permiten recorrer, desde una mirada unitaria, la evolución de una tradición escultórica que supo conjugar emoción, clasicismo y modernidad, y que hoy sigue siendo un referente tanto en museos como en el mercado del arte.

Este conjunto reúne obras de Josep Llimona, Eusebi Arnau, Enric Casanovas, Llàuradó, Josep Viladomat y Joan Rebull, artistas que, más allá de sus trayectorias individuales, compartieron una misma concepción de la escultura como disciplina esencial. La escultura catalana se define aquí por su estrecha relación con la figura humana, el dominio del volumen y una sensibilidad mediterránea claramente identificable.

Dentro de este panorama, Josep Llimona ocupa un lugar central. Como figura clave del modernismo catalán, aportó una sensibilidad íntima y espiritual que transformó la manera de entender la escultura figurativa, con obras que combinan emotividad, delicadeza y una perfección técnica excepcional.

Escultura catalana: entre la tradición y la modernidad

Desde el modernismo catalán hasta el noucentisme, la escultura catalana desarrolló un lenguaje propio que se alejaba del mero ornamento para aspirar a una expresión profunda y duradera. En estas obras conviven la carga simbólica y emocional heredada del cambio de siglo con una progresiva depuración formal que culmina en un ideal de armonía, equilibrio y serenidad.

La transición entre estos lenguajes no fue una ruptura, sino una evolución natural. Esta continuidad se percibe en el modelado, en el respeto por la materia y en la búsqueda constante de una belleza atemporal. Josep Llimona, en este contexto, actúa como eje vertebrador de una sensibilidad que influirá decisivamente en generaciones posteriores de escultores catalanes.

“Catalunya i les ciències” de Josep Llimona

Maestría técnica y dominio del material en la escultura catalana

Las esculturas que forman parte de esta subasta ponen de manifiesto la extraordinaria calidad técnica de estos maestros. El trabajo en bronce, mármol y piedra revela un conocimiento profundo del material y una atención minuciosa al acabado, al gesto contenido y a la relación entre masa y espacio.

“Repòs” de Martí Llauradó. Piedra. 

La escultura catalana de este periodo fue concebida tanto para el ámbito privado como para el espacio público. Muchas de estas obras dialogan con la arquitectura y se integran de forma natural en el paisaje urbano, como demuestra la presencia permanente de estos escultores en plazas, edificios institucionales y conjuntos monumentales.

Una escuela escultórica: de Llimona a Rebull

“Niña” de Martí Llauradó (lote 40027443), “Beso de madre” de Eusebi Arnau (lote 40027452) y “Busto de Anita Solá de Imbert” de Enric Casanovas (lote 40027426).

Uno de los valores más destacados de esta subasta de escultura es la posibilidad de contemplar estas obras como un conjunto coherente, representativo de una verdadera escuela escultórica catalana. Eusebi Arnau aportó una sensibilidad decorativa refinada; Enric Casanovas consolidó un clasicismo volumétrico de gran solidez; Josep Viladomat mantuvo viva la tradición figurativa con un oficio impecable, mientras que Llàuradó contribuyó a preservar y transmitir los modelos históricos.

“Figura estirada” de Josep Viladomat.

Todo ello encuentra su culminación en la obra de Joan Rebull, cuya escultura sintetiza el ideal noucentista de claridad, proporción y monumentalidad serena. En este recorrido, Josep Llimona brilla como figura fundacional de la escultura catalana moderna, cuya influencia permea toda la generación posterior.

La relevancia de la escultura catalana en el mercado actual

Reunir estas obras en una misma licitación no solo permite apreciar sus valores individuales, sino comprender su relevancia colectiva. Se trata de esculturas que definieron una época, que contribuyeron a construir una identidad visual y cultural, y que proyectaron la escultura catalana más allá de sus fronteras.

En el contexto actual, en el que el interés por la escultura histórica de calidad sigue en aumento, este conjunto adquiere una relevancia especial. Para los coleccionistas, representa la oportunidad de incorporar obras de autores fundamentales con una sólida trayectoria institucional y museística. Para las instituciones, supone una ocasión excepcional de reforzar discursos curatoriales vinculados al modernismo catalán, el noucentisme y la identidad mediterránea.

Esta subasta no es únicamente una cita con el mercado del arte, sino una invitación a redescubrir la fuerza, la coherencia y la vigencia de la gran escultura catalana. Un legado artístico de primer orden que, más de un siglo después, continúa dialogando con el presente desde la solidez de la forma, la nobleza de los materiales y la profundidad de su lenguaje, con Josep Llimona como eje esencial que ilumina toda esta tradición.

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