Tesoros de la colección de Montpensier

Pocos lugares hay en nuestro país que estén más rodeados de atractivo y misterio como el Palacio de San Telmo y sus moradores, los duques de Montpensier. Estos dos nombres siempre han ido parejos a un sinfín de habladurías y rumores relacionados con el poder, el lujo y el arte.

Palacio de san Telmo, residencia sevillana de los Duques donde estuvieron las tres obras

Con la caída de la monarquía de Luis Felipe en Francia, el hijo menor de Antonio de Orleans, Duque de Montpensier, y su esposa la infanta Luisa Fernanda de Borbón se trasladaron a España. Tras un primer intento de residir en Madrid, el gobierno isabelino mostró el ofrecimiento de que la principesca pareja se trasladara, para no causar problemas, a Sevilla. El matrimonio Orleans aceptó y encontró en la ciudad del Guadalquivir y a orillas de este, en el palacio San Telmo, no sólo un hogar, sino la oportunidad de crear su propia corte y un mundo a su antojo.  El esplendor que rodea a San Telmo perdura en la memoria de cualquier hispalense. La opulencia de su fachada, así como la envergadura de sus dimensiones dan cuenta de que no estamos ante la típica casa palacio andaluza.  El palacio fue reformado con el claro interés de equipararse al de los propios monarcas.  No debemos de olvidar que ambos eran hijos de los reyes de Francia y de España (Luis Felipe y Fernando VII) y, por tanto, el contenido del palacio era el resultado de tan elevadas herencias y del afán de coleccionismo y mecenazgo de los duques.

San José con el Niño, como taller de Murillo licitado en Setdart y fotografía antigua del mismo cuadro en 1872 (archivo del Museo Nacional del Prado) atribuyéndolo a Murillo y procedente de la colección de los Duques de Montpensier. Expuesto en la galería del Palacio de San Telmo.

Desde que la Casa de Montpensier se instalara en San Telmo, observamos como todo Sevilla y Andalucía en general los miraban como su referencia. Tal es así que el propio Antonio propició el golpe de estado contra su cuñada, Isabel II, con la esperanza de postularse él mismo como sucesor. El duque llegó a financiar dicha empresa con su colección y el palacio. Años más tarde, el sueño de la familia se cumplió de forma efímera cuando su hija, Maria de las Mercedes, se convirtió en Reina por su matrimonio con Alfonso XII.

Chateau d´Eu, residencia estival de Louis Philipe de Francia, ubicación del retrato de don Francisco de Moncada

Esta secuencia de décadas llenas de intrigas palaciegas, de fiestas, tertulias y, por su puesto, de arte, fueron obra de los Orleans-Borbón. Dentro de San Telmo se encontraban los grandes tesoros de ambas casas. Por un lado, estarían los famosos Murillos que habían pertenecido a la corona francesa como la Virgen de la Faja y el San José con el Niño que presentamos. Así mismo, vinieron de Francia otras obras maestras de la colección real como, procedente del Chateau d´Eu, el retrato de Don Francisco de Moncada, Marqués de Aytona. Los fondos de la casa de Borbón, por parte española, serian menores ya que representaban el propio patrimonio de la corona española porque la herencia de Maria Luisa era ni más ni menos que la del rey Fernando VII. Tal es el valor de esa herencia que no fue entregada a su regreso de Francia porque el estado no podía asumir tal suma. La decisión final fue la paga anual de una cantidad millonaria que nunca llegó a alcanzar el valor de esta. Pensemos que el que por aquel entonces joven Museo del Prado procedía de la real Casa y que, por tanto, su contenido era también parte la herencia prevista.

Las tres obras que presenta a subasta Setdart son un sobresaliente ejemplo de la “corte chica” de San Telmo y del gran periodo de prosperidad, tanto económica como artística, que vivió Sevilla gracias al mecenazgo de los Montpensier.

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