Pere Pruna bajo el influjo de Pablo Picasso

La obra más picassiana de Pere Pruna destaca entre el conjunto de obras en licitación del próximo dias 15 de marzo

Entorno a la figura de Picasso se aglutinaron en Paris un gran numero de artistas españoles, cuyos inicios  se encuentran íntimamente ligados al genio malagueño. Uno de los casos más notables es el de Pere Pruna cuyo éxito y reconocimiento estará por siempre unido al vínculo personal y profesional con su  amigo y mentor Pablo Picasso.

En el año 1921 con tan solo 17 años y sin apenas formación, Pruna decide instalarse en París, ciudad que le brindaría, gracias a la  carta  escrita por Sebastia Sunyer, la oportunidad de conocer a Pablo Picasso. La buena sintonía entre ambos artistas se hizo evidente casi de inmediato hasta el punto de convertirse en el guía de sus primeros pasos en la capital del arte que era por aquel entonces Paris. Tras observar la obra de Pruna, Picasso no dudó en reconocer el talento de este joven artista, al que inmediatamente puso en contacto con sus propios marchantes. Entre ellos, se encontraba Andre Lebel, que como director de la Galerie Percier aceptó representar al pintor catalan. A raíz de esta primera colaboración que se produjo en 1924 nacería el germen de una etapa dorada en la producción de Pruna que le llevaría a alcanzar un rotundo éxito internacional. De este modo el apoyo de Picasso durante estos años resultó determinante para Pruna quien bajo su protección se integró dentro de los círculos artísticos e intelectuales de la ciudad parisina hasta llegar a fundar junto a figuras tan destacadas como Jean Cocteau la revista Philosophie. De hecho, el vínculo tan estrecho que forjaron llevó a Cocteau y al propio Picasso a convertirse en padrinos de boda de Pere Pruna

Ya en  su primera exposición en la Galerie Percier en el año 1924, la obra de Pruna nos deja ver hasta qué punto fue determinante la influencia de Pablo Picasso quien por aquel entonces se encontraba inmerso en su época “clasicista”. De hecho, en la totalidad de la producción realizada en Paris durante los años 20 se mantendrá latente esa impronta picassiana tan evidente en obras  como la que aquí nos ocupa. “Le Blanche” realizada en el año 1926 se inscribe de lleno dentro de la corriente clasicizante de retorno al orden que irrumpió en el arte de occidente tras la primera ola vanguardista. Centrada en la representación de la figura femenina, Pruna nos brinda un retrato en el que  el cuerpo y rostro de la joven   que nos da la espalda se nos revela con magistral elegancia. Los sutiles contornos de las formas femeninas se vislumbran bajo el juego de luces y sombras que definen una  vestimenta, cuyo cromatismo reverbera en las carnaciones nacaradas de la mujer. Sin duda la estilización y delicadeza que se desprende de ella nos traslada por completo al Picasso de la etapa rosa y neoclásica,pero también nos deja entrever cierto paralelismo con el Novecento Italiano cuyos representantes quisieron renovar el arte italiano entroncando su obra con la de los grandes maestros del Renacimiento,

El valor artistico  de esta obra queda refrendado además de por su evidente calidad plástica, por las etiquetas que podemos encontrar al dorso del lienzo. En este caso resultan especialmente significativas ya que nos indican  la presencia de esta obra en las Exposiciones Internacionales de Pitsburg,conocidas en Europa como “Premio Carneggi”. Fundadas en 1896 por AndrewCarneggie tenían el doble objetivo de facilitar a los artistas americanos su confrontación con la pintura europea  al tiempo que querían contribuir al entendimiento entre naciones a través de arte.  Debemos tener en cuenta también, que durante mucho tiempo significaron la única vía en la que los representantes españoles de la pintura moderna  como Pere Pruna, se pudieron dar a conocer en Estados Unidos. De hecho, el premio concedido al artista catalan en 1928  y el reconocimiento  que “El delantal rojo” recibió dos años más tarde siendo calificada por la crítica como la mejor obra de la exposición lo  catapultaron  definitivamente como uno de los artistas españoles más valorados en norte América.

La vital importancia de esta etapa dentro de su trayectoria queda suscrita en el interés que aún hoy en día suscitan las obras realizadas en estos años, cuyo éxito del pasado revive en la actualidad dentro en el mercado artístico internacional

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