Equipo Crónica: la renovación del arte figurativo más contestatario

La vertiente más comprometida e irónica de Equipo Crónica  en subasta el próximo día 15 de febrero

Hace ya más de 50 años nació en Valencia el colectivo artístico Equipo Crónica. Su intensa trayectoria supuso un verdadero impacto en un panorama artístico español que a principios de los años 60 y pese a la irrupción en la década anterior del informalismo, aún permanecía bajo el yugo de los intereses del régimen. El colectivo que se reveló contra las corrientes informalistas, de las cuales la España franquista se había aprovechado para dar una falsa sensación de modernidad y apertura, logró renovar y revolucionar la figuración en España con un arte contestatario y atrevido lleno de referencias a la cultura de masas. A pesar de inscribirse dentro de la tendencia pop, abordó de forma mordaz el contexto sociopolítico de un país en pleno proceso de transformación. En este sentido, su concepción de la practica artística se encuentra enraizada al realismo crítico y a todos aquellos movimientos culturales  de protesta que abogaron por redefinir el papel del arte y del artista, sosteniendo que este no solo debía hablar de la sociedad, sino que también debía implicarse en su transformación.

Teniendo en cuenta esta premisa, su lenguaje plástico se caracterizó por la combinación, confrontación y superposición de imágenes anacrónicas y en apariencia inconexas pero arraigadas en la memoria colectiva que en su nuevo contexto generaban nuevos significados y lecturas, bajo las cuales cuestionaron la realidad de su época y de la misma practica artística. Asumiendo que solo es posible entender nuestro presente teniendo en cuenta la huella de la tradición y de las centurias pasadas, Solbes y Valdés construyeron una iconografía propia plagada de referencias históricas y artísticas, cultas y populares, deliberadamente vinculadas  al contexto español del momento. De este modo el grupo encontró en esta estética de tono irreverente y  aparente banalidad cercana al pop art, el subterfugio para evitar la censura gubernamental al tiempo que les permitió establecer un dialogo entre el arte del pasado  y la modernidad de las vanguardias.

En este sentido ” Espectador de espectadores” representa una obra icónica dentro de un periodo en el que la crítica política adquirirá una mayor significación y su lenguaje se tornará más radical. Es uno de los pocos ejemplares conservados del múltiple “espectador de espectadores”  realizado para el histórico festival internacional de arte de vanguardia ” Encuentros del 72″ en Pamplona. Tras recibir la invitación a Solbes y Valdés, decidieron aprovechar la ocasión para denunciar el falso clima de libertad de una dictadura que, pese a su decadencia aun mantenía firmes todas sus múltiples formas de control social. Para ello distribuyeron entre los asistentes, 100 múltiples en cartón piedra que aludían de forma clarividente a la figura del informante policial vestido de paisano que se dedicaba a identificar cualquier opositor al régimen. Apaleados, destruidos o desaparecidos en su mayor parte al finalizar el evento, este happening ha trascendido en el tiempo como uno de los episodios más memorables del arte contemporáneo español.

En otra línea de su producción pero igualmente significativa, se encuentra ” el ruedo ibérico”, perteneciente a la serie “crónica de transición” iniciada con la llegada del Guernica de Picasso a España. En ella las referencias constantes al genio malagueño, adquieren una doble significación: como reflexión en torno a la práctica artística y a su  propia tradición, pero también como alegoría del compromiso político que encarna su figura. En este caso, además de la alusión directa a Picasso y sus tauromaquias, “El ruedo ibérico” hace referencia también a la revista antifranquista de título homónimo que desde el exilio logro circular de forma clandestina en España, aportando  una lectura crítica de un periodo de  transición con el que muchos, entre ellos los miembros del Equipo, empezaban  a desencantarse.

La versatilidad del grupo se manifiesta en el dominio técnico que alcanzaron en distintas disciplinas, tal y como transluce del conjunto de serigrafias que componen la serie negra. En esta obra cumbre de su producción gráfica, parte de la iconografía procedente del cine negro y la novela policíaca se utiliza como pretexto a través de los cuales construyen una metáfora del clima de violencia que vivían. A la vez que reflexionan sobre la practica artística, entendida aquí como un mundo con sus propias reglas.

Equipo Crónica logró con sus  imágenes cargadas de humor e ironía implicar al espectador en su capacidad de leer entre líneas y reconocer los iconos culturales colectivos, así como los gags políticos y consignas antifranquistas que subyacían bajo un velo de comicidad. Este fue sin duda uno de sus grandes triunfos.

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