Orígenes: Una historia milenaria
Las esmeraldas han sido veneradas y apreciadas a lo largo de miles de años por su fascinante color verde y su potente simbología. Estas gemas forman parte de las cuatro “grandes” piedras preciosas, junto con los diamantes, rubíes y zafiros y han cautivado a civilizaciones durante siglos, desde los antiguos egipcios a los griegos, romanos e incas. De hecho, las esmeraldas eran ofrendas comunes en los Santuarios de Afrodita para pedir amor y fertilidad, además, existía la costumbre de convertirlas en polvo para emplearlas como lociones medicinales.
Las minas de esmeraldas egipcias fueron la principal fuente de esmeraldas del mundo, desde el año 1500 a. C. Adornando las joyas de la misma Cleopatra VII Filopator, la última faraona de Egipto, quien utilizaba estas piedras como símbolo de renacimiento, fertilidad y con fines medicinales. Los faraones eran enterrados con esmeraldas, símbolo de la vida eterna.
Características: berilos, inclusiones y formación
Son piedras preciosas naturales que forman parte de la familia de los berilos, a la que también pertenecen las aguamarinas y las morganitas. Tienen inclusiones naturales, comúnmente llamadas “jardín”. Estas se forman cuando los componentes gaseosos, líquidos o sólidos se quedan atrapados en el interior de la piedra. Encontrar esmeraldas que no tienen inclusiones visibles es extremadamente raro. Estas pequeñas “imperfecciones” son fundamentales a la hora de obtener información sobre la procedencia geográfica, convirtiendo cada esmeralda en una piedra irrepetible.
Se encuentran en las capas superficiales de la tierra, y pueden tardar hasta 100.000 años en formarse. Se generan dentro de la roca pegmatita, magma enfriado. Esta roca contiene berilio, cromo y/o vanadio, los minerales que se convierten en esmeraldas adquiriendo su característico color verde. También puede formarse dentro de vetas hidrotermales, cuando los fluidos hidrotermales escapan del núcleo de la tierra, se enfrían y se mezclan con los mismos minerales, creando las esmeraldas.
Cuidados: Cómo preservar tu esmeralda
–Resistencia: Las esmeraldas tienen una clasificación de 7,5-8 sobre 10 en la escala de dureza mineral de MOHS. No son la piedra preciosa más dura (ese galardón se lo llevan los diamantes), pero ciertamente son resistentes. En este sentido, la disposición, el engarce y la montura son elementos clave para garantizar su resistencia.
– Temperatura: El calor afecta negativamente a las esmeraldas. Los cambios drásticos de temperatura pueden generar tensión en las inclusiones, pudiendo hacer que se agriete. Debes evitar ciertas actividades diarias, como lavarse las manos con agua muy caliente o utilizar un secador cuando llevas puesta tu sortija o pendientes de esmeraldas.
– Limpieza: Evita el uso de productos químicos para limpiar tus joyas con esmeraldas, tampoco cepillos que puedan rayarlas o dañarlas. Asegúrate de utilizar un paño suave si decides hacerlo, humedecido con un poco de agua.
En Setdart ofrecemos servicio profesional de asesoramiento de joyas, no dudes en consultarnos.