Arte digital en el contexto artístico actual

Las formas heterogéneas del arte digital, creado en simbiosis entre el hombre y la máquina marcan la tendencia en el 2022. En nuestra próxima subasta del 27 de septiembre les presentamos una selección de 12 obras digitales que van a lucir en sus colecciones.

Ya en el 1935 el filósofo alemán Walter Benjamin en su tratado “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica” habló sobre el daño que hace la tecnológica a la reputación, verosimilitud y  “aura” de una obra de arte. Evidentemente este escrito, publicado hace casi un siglo, pierde su actualidad en el mundo basado en la reproductibilidad técnica en sí. No obstante, es importante tenerlo en cuenta para ver la evolución de la relación entre el hombre, la tecnología y el arte.

A pesar de que convivimos con el arte digital desde hace por lo menos 70 años, aún hay múltiples debates abiertos con respecto a su definición, uso, exposición y conservación y, finalmente, como cualquier debate en el campo artístico, se acaba con la pregunta: ¿Podemos considerarlo arte?

Los métodos y las herramientas artísticas aplicados en el arte digital no son nuevos. Las obras creadas con la ayuda de las tecnologías beben de las fuentes tradicionales, como la pintura, la escultura y el teatro; su forma de interactuar con el espectador e introducirle en su universo, pueden superar cualquier trampantojo barroco.

Es decir, las tecnologías enriquecen la experiencia artística. Se han convertido no solo en una herramienta de creación y distribución de arte, sino en el medio propiamente dicho. En los años 60, lejos aún del mercado del arte, las primeras creaciones digitales eran un mero ocio para los programadores que creaban imágenes para experimentar con nuevos códigos y lenguajes programáticos.

La relación simbiótica entre el arte y la tecnología ha permanecido en la burbuja de la cultura underground hasta los años 80, coincidiendo con la implementación de las herramientas gráficas sofisticadas en los ordenadores modernos.

Pero no sería hasta el 1985, cuando el hombre y el ordenador se fusionaron en uno para crear el prototipo de una obra de arte digital. El culpable del suceso histórico no podía ser otro que Andy Warhol, quien con la ayuda del ordenador Commodore Amiga realizó en directo en un programa de televisión un retrato digital de la cantante y actriz Debby Harry.

Precisamente a partir de este momento se despertó el amplio interés por parte de las instituciones artísticas y coleccionistas hacia las instalaciones, performance y otras formas de arte multidisciplinar creado mediante la tecnología que, hoy en día, están en pleno auge.

En nuestra próxima subasta de arte contemporáneo les presentamos una heterogénea selección de diferentes vertientes del arte digital. Hemos recopilado 12 obras de artistas actuales provenientes de diferentes contextos: España, Francia y Rusia, qué han sabido crear unas obras verdaderamente contemporáneas superando cualquier marco cultural o temporal.

Bego Antón, Jorge Fuembuena, Julio Galeote, Dmitry Lookianov y Clementine Balcaen, son los cinco artistas de nuestra subasta. En sus obras desarrollan narrativas sobre la identidad, el espacio habitado, la cultura visual, y dialogan sobre la evolución de la tradición en el mundo del cambio permanente.

Estos creadores implementan diferentes técnicas de producción digital. Jorge Fuembuena y Dmitry Lookianov utilizan el medio más tradicional de la fotografía, creando poesía visual.

Bego Antón y Clementine Balcaén ofrecen diferentes visiones sobre el collage digital, borrando los límites entre lo real y lo imaginario.

Finalmente, Julio Galeote explora las tradiciones y la importancia de lo material en la vida humana, a través del medio alternativo del video arte, creando desde cero espacios herméticos con la tecnología de la fotogrametría.