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Antonio Vila Arrufat (Sabadell, 1894 – Barcelona, 1989). “Mañana en el campo”.

Antonio VILA ARRUFAT

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VILA ARRUFAT, Antonio (Sabadell, 1894 – Barcelona, 1989).
“Mañana en el campo”, 1934.
Óleo sobre lienzo.
Firmado y fechado en el ángulo inferior izquierdo.
Medidas: 116 x 89 cm; 137,5 x 109,5 cm (marco).

 

 
En esta obra Antonio Vila Arrufat nos ofrece un soberbio retrato familiar, que trasciende las rígidas normas del género y se nos presenta como una escena cotidiana, protagonizada por personajes relajados y cómodos, que no ignoran ni olvidan sino que aceptan la presencia del pintor-espectador entre ellos, rompiéndose así la distancia entre los espacios real y pictórico. El punto de vista escogido por el autor es en cierto modo extraño; netamente contemporáneo, rompe las convenciones de la perspectiva académica para mostrarnos un espacio natural organizado en dos planos, con la familia en primer término, resguardada del fuerte sol de la mañana por la fresca vegetación, y un espacio abierto en profundidad al fondo, donde vemos los campos de cultivo, los lejanos edificios de un pueblo, las montañas azuladas por la distancia e incluso un fragmento de un cielo blanqueado por nubes bajas. En este segundo espacio vemos a dos muchachas protegidas del sol por coloridos parasoles, junto a las que juega un perrillo magníficamente captado en pleno movimiento.

Hijo del también pintor Joan Vila i Cinca (cofundador de la Academia de Bellas Artes de Sabadell), y padre del pintor Joan Vila-Grau, Antonio Vila Arrufat se formó principalmente con su padre y en la Escuela de La Lonja de Barcelona, para finalmente terminar sus estudios en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, gracias a una beca concedida por el ayuntamiento de Sabadell. Realizó asimismo diversos viajes de estudios por Francia e Italia, y a su regresó se dedicó principalmente a la pintura mural, sobre todo de temática religiosa, destacando especialmente su altar del Santísimo en la iglesia de la Trinidad de Vilafranca del Penedés (1935) y los de la Sala de la Ciutat en el Ayuntamiento de Barcelona (1950), estos últimos al óleo sobre lienzo. Fue también un destacado grabador, e impartió clases de esta disciplina en la Escuela de Bellas Artes de Sant Jordi de Barcelona, de la que más tarde sería nombrado catedrático (1949 – 1958). Fue académico de las Reales Academias de San Fernando y Sant Jordi, y expuso en España, Italia, Francia y Argentina. Su obra madura se desarrolla a partir de los años veinte, se centra en figuras y maternidades de tono intimista, y se caracteriza por su nitidez y por la serenidad noucentista de su ambientación. Obtuvo varios premios, entre los que destacan la medalla de honor de la Exposición Nacional de Barcelona (1942) y la primera medalla de grabado en la de Madrid (1948).

Aunque cierto sector de la crítica le ha vinculado al Noucentisme, y por edad pertenece a la generación del 17, Vila Arrufat fue siempre un pintor independiente en su trabajo y fiel a su personal temperamento, completamente atemporal. Hoy considerado un clásico de la modernidad, recogió el espíritu de la pintura realista del siglo XIX y lo sumó a su visión matizada por el cubismo, el constructivismo y las corrientes neofigurativas del siglo XX. A lo largo de su extensa trayectoria cultivó la figura, el bodegón, el paisaje y el grabado, además de sobresalir especialmente en la pintura mural. Desde 1919, año en que celebró su primera exposición en las Galeries Laietanes de Barcelona, presentó su obra en distintas ciudades catalanas, así como en Madrid y Sevilla y, fuera de nuestras fronteras, en Buenos Aires y Venecia, entre otras ciudades. Cinco años antes de su muerte, en 1984, el Ayuntamiento de Barcelona le dedicó una importante exposición antológica. Vila Arrufat desarrolló una carrera sin altibajos, de una reiterada depuración estilística, creando obras serenas, equilibradas y armoniosas, cuya factura es reflejo de su personalidad artística. La suya es una pintura de honda sensibilidad, ricos valores plásticos y cromáticos, marcada por un sutil realismo que elimina toda superficialidad. Actualmente Vila Arrufat está representado en el Museo Nacional de Arte de Cataluña y en el de la abadía de Montserrat, así como en la Calcografía Nacional.

 

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