La colección: El legado inédito de Alexandre de Riquer
Hay colecciones capaces de imbuirnos en el espíritu de una época en concreto. En el caso que os presentamos, nos trasladamos de lleno a un tiempo en el que los libros, la ilustración y el cartelismo representaban auténticas joyas de coleccionismo.
El conjunto de obras reunido en subasta, entre los que podemos encontrar ilustraciones originales, proyectos de portada ex libris o carteles litográficos y sus originales, representa un inestimable testimonio de la excelencia que alcanzaron estas disciplinas artísticas durante el Modernismo, gracias a artistas que, como Riquer, las renovaron y prestigiaron.
Asimismo, las investigaciones realizadas, sobre el legado inédito del artista en licitación, han revelado nuevas informaciones desconocidas, hasta el momento. Entre ellas, destaca que el proyecto para la portada del libro Astronomía Popular, en licitación y, hasta ahora, atribuido a Triadó, fue, en realidad, realizada por Riquer y adaptada, posteriormente, a las necesidades editoriales por Triadó. Otro hallazgo, que se ha podido revelar gracias al estudio de la colección, es que Julia Peraire, la icónica musa, que Ramon Casas conoció en 1905, fue antes modelo de Riquer.
Otro hallazgo, que se ha podido revelar gracias al estudio de la colección, es que Julia Peraire, la icónica musa, que Ramon Casas conoció en 1905, fue antes modelo de Riquer. De hecho, fue en 1902 cuando Peraire posará por vez primera para Riquer, convirtiéndose en la modelo de un ex-libris realizado para Raimon Casellas.
Cabe destacar también el conjunto de cuatro carteles litográficos de “Las cuatro estaciones”, del que han llegado pocos ejemplares a nuestros días. De hecho, no hay ninguna institución pública, en este país, que cuente con ejemplares de esta producción artística tan importante en la carrera de Alexandre de Riquer, como ilustrador. Igualmente interesantes resultan las “Pruebas de impresión del Prospectus del Exlibris A. de Riquer” de 1903, el dibujo a lápiz y tinta “Dama modernista con diente de león”, o el proyecto de cubierta del libro “Para ellas. Colección de Novelitas y Cuentos originales de Adela Sánchez Cantos de Escobar (1896)
Alexandre de Riquer y el renacer de las artes gráficas
Con la irrupción del modernismo las artes gráficas, en toda su amplitud, vivieron un auténtico renacer, de la mano de artistas que, como Alexandre de Riquer, marcaron el pulso cultural de la época. A través de sus ilustraciones, tanto de libros y revistas, como del cartelismo, este polifacético artista moldeó y cinceló la estética del modernismo catalán, hasta convertirse en autor de algunas de las imágenes más icónicas del movimiento.
De hecho, pocas figuras encarnan el espíritu de la época, del modo en que lo hizo Riquer. La formación que adquirió a través de sus viajes a Londres, Roma o París, junto al profundo conocimiento sobre el arte inglés, que pudo extraer gracias a la biblioteca sobre arte que atesoraba, única en España, lo sitúan, sin lugar a dudas, como su representante más internacional .
En este sentido, Riquer dará luz a su obra, bajo el hechizo del esteticismo inglés, cuya influencia trasluce en cada una de las facetas que el artista desarrolló. La sofisticación y el simbolismo de los prerrafaelitas, unida a la delicadeza del refinado arte nipón, fueron determinantes en el rumbo creativo de Riquer y, por extensión, del modernismo catalán. Tanto en sus carteles, como ilustraciones y ex-libris, la figura femenina se tornará el elemento central, apareciendo acompañada, muy a menudo, por una decoración simbólica de formas curvas y elementos vegetales. En este aspecto, se evidencia el impacto que ejerció el japonismo, cuya técnica adoptó con fervor, a través de composiciones verticales, así como, en la simbología vegetal, y el uso de tintas planas y dibujos perfilados.
¿Pero cómo se explica el auge de las artes gráficas durante este período? Es indudable que la Revolución industrial aceleró, de forma importante, la producción gráfica. Con la llegada de la era industrial, nace también la publicidad moderna, la Renaixença catalana y una nueva clase social, que se convirtió en un factor clave para el desarrollo y proliferación de estas técnicas artísticas. La burguesía catalana, además de fomentar la producción de consumo y, por tanto, los concursos de carteles publicitarios, también rivalizó por conseguir lo que en otras épocas perteneció a la aristocracia: las bibliotecas, obras de arte y ex-libris se convirtieron en objeto de deseo de esta nueva clase social. Más allá de su indudable valor artístico, estas obras atesoran una gran relevancia histórica, como testimonio del que fue el periodo de máximo esplendor de las artes gráficas catalanas y de la recuperación de prácticas y oficios tradicionales. Esta efervescencia creativa no habría sido posible sin una sociedad con una conciencia cultural profundamente arraigada, en la que la lectura y el culto al libro eran valores ampliamente compartidos y asumidos.
Dentro de este contexto, artistas de la época como Riquer pusieron todo su talento en el desarrollo de estas artes, tanto en lo que atañe al exlibrismo, como al cartelismo y la ilustración de libros, elevándolos a la categoría de objetos artísticos. Pese al olvido en el que, durante un tiempo, cayó su figura, poco a poco y especialmente, a partir de la década de los 50, la significación de Riquer ha recuperado la verdadera dimensión, que su legado bien merece.