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Olga Sacharoff (Tiflis, Georgia, 1889 – Barcelona, 1967). “Paisaje”.

Olga SacharoffLote en subasta:

SACHAROFF, Olga (Tiflis, Georgia, 1889 – Barcelona, 1967).
“Paisaje”.
Óleo sobre lienzo.
Firmado en el ángulo inferior izquierdo.
60 x 73 cm; 71,5 x 84,5 cm (marco).

 

Olga Sacharoff construye en este lienzo un paisaje de clara raigambre postimpresionista, cézanniana, que conserva sin embargo el sabor local, la individualidad de un paisaje concreto, reflejando el amor por la tierra que profesa la pintora. A nivel formal, el paisaje rural cobra vida gracias al contraste de tonos fríos y cálidos, que se repite en todo el escenario, unificándolo; los colores verdes, totalmente anticlásicos, se yuxtaponen a los ocres, rojizos y anaranjados de la tierra y los tejados, y ambas tonalidades se ven enriquecidas por los toques de blancos y grises sabiamente aplicados, aportando brillo, jugando con la luz y construyendo una atmósfera luminosa y acogedora, fruto de un detenido estudio del natural. La pintora construye el paisaje basándose en un dibujo claro y riguroso, que define líneas de fuga claras y limpias, cuya rotundidad parece ordenar el espacio, sometiendo y domesticando a la vegetación, hasta que ésta se libera hacia el fondo, para cubrir por entero las colinas que cierran el espacio. Estos suaves y redondeados montes determinan un horizonte alto, que casi no deja espacio al cielo, aunque sí el suficiente para que las nubes inunden las cumbres más lejanas, desdibujando sus contornos. Por otro lado la luz, en apariencia uniforme (se evitan los contrastes violentos), va señalando los distintos planos que se suceden paralelos, abriéndose desde el primer plano hacia ambos lados, reflejando con naturalismo y sutileza los cambios de luz y de relieve.

Tras estudiar en la Escuela de Bellas Artes de Tiflis, Sacharoff se traslada a Munich en 1910, donde entra en contacto con el expresionismo alemán. Al año siguiente se traslada a París, donde su obra recibe en un primer momento la influencia de Cézanne, para luego evolucionar hacia el cubismo sintético. Al iniciarse la Primera Guerra Mundial Sacharoff se desplaza a España, donde se instala en 1915, pasando primero por Mallorca para finalmente establecerse en Barcelona al año siguiente. De hecho, algunos historiadores señalan que ella fue la introductora del cubismo en la ciudad condal. Desde allí colaboró en la revista “391” de Francis Picabia, considerada portavoz del dadaísmo y que se editaba en Barcelona. Expuso obras en los Salones de Otoño de París de 1920, 1921, 1922 y 1928, obteniendo importantes elogios de la prensa y logrando organizar, en 1929, una muestra individual en la galería parisina Bernheim Jeune, una de las más importantes del momento. Durante estos años celebró una exposición en las Galerías Layetanas de Barcelona (1934) y participó en el Salón de Montjuic, del que fue nombrada miembro en 1935.

Al estallar la Guerra Civil Sacharoff regresa a París, y en 1939 expone en la Perls Gallery de Nueva York. Tras la guerra vuelve a Barcelona, y deja atrás la vanguardia para sumergirse en un gusto naif cercano al noucentisme catalán. Su estilo adoptó rasgos líricos y amables, y se puso al servicio de una visión idealizada de Cataluña: paisajes, costumbres, tipos populares, etc. En general, predominan en este momento las composiciones con múltiples personajes, plasmadas con trazos esquemáticos y vivo colorido. Elegida por Camón Aznar, participa en el I Salón de los Once de Eugenio D’Ors (1943), celebrado en la Galería Biosca de Madrid. Dos años después organiza una retrospectiva de su obra parisina, y en 1960 la Dirección General de Bellas Artes le dedica una exposición antológica. En 1964 se le concedió la Medalla de la Ciudad de Barcelona. Sacharoff también abordó la ilustración de libros, con ejemplos como “La casa de Claudine” de Colette (1944) y “Netochka Nezvanova” de Dostoievski (1949). Recientemente se le dedicó una antológica a dúo con María Blanchard en Bilbao (Sala de Exposiciones BBK, 2002). Olga Sacharoff está representada en la Fundación Mapfre de Madrid, el Centro Nacional Reina Sofía, el Museo Thyssen-Bornemisza, el de Art Nouveau y Art Déco Casa Lis, el Marés, el Pablo Gargallo de Zaragoza y el del monasterio de Montserrat, entre muchos otros.

 

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