Madeleine l’Auberpine, mujer del Renacimiento: Testigo de la Elegancia y el Poder en la Corte Francesa del Siglo XVI

En el tumultuoso escenario del siglo XVI, una figura femenina destaca como un faro de estabilidad y gracia en medio de las luchas religiosas, guerras constantes y alianzas cambiantes entre monarcas. Esta mujer inmutable es la reina Catalina de Medici, una fuerza dominante que ocupó el trono de Francia durante casi cuatro décadas. Sin embargo, entre las sombras de la poderosa reina, emerge otra figura igualmente fascinante: Madeleine l’Auberpine, conocida como Madame de Villeroy, protagonista del retrato atribuido al renombrado François Clouet, pintor de la Corte y retratista predilecto de los más exclusivos círculos aristocráticos de su época que Setdart tiene el privilegio de presentar en la subasta de Antiguos Maestros del próximo 13 de diciembre.

Villeroy, criada en la distinguida familia de los barones Châteauneuf y casada con Nicolas Neufville, secretario de estado, estuvo en el epicentro de las decisiones más trascendentales de la corte. Aunque la influencia de Catalina de Medici tiende a eclipsar a quienes la rodeaban, Villeroy no se desvaneció en la oscuridad. Más bien, su participación activa en la vida cortesana y su posición privilegiada la convierten en una figura importante de la Francia renacentista.

El salón literario de Madame de Villeroy fue un punto de encuentro para artistas, poetas, escritores y filósofos, convirtiéndolo en uno de los más apreciados de la época. Aunque desconocemos la profundidad de su influencia en decisiones políticas, su entorno y los personajes que formaron parte de su vida definieron la Francia renacentista. Su padre y esposo, ambos secretarios de estado, evidencian la conexión directa de Villeroy con el poder político.

Dibujo del siglo XIX copiando el original de Clouet. Biblioteca Nacional de Francia

Más allá de su papel como testigo de los acontecimientos, Madeleine l’Auberpine fue una mujer cultivada y talentosa, encarnando el espíritu del Renacimiento. Su pensamiento humanista se refleja en sus novelas y poemas, caracterizados por un estilo refinado y descriptivo. Se erigió como una defensora activa de los valores humanistas y estéticos, contribuyendo significativamente a la configuración de la sociedad francesa de la época.

El legado de Madeleine l’Auberpine, Madame de Villeroy, perdura en la memoria colectiva como una mujer multifacética, cuyo impacto abarca desde los salones literarios hasta la política, consolidando su posición como una de las mujeres más importantes de su tiempo y un verdadero “homo universalis” del Renacimiento.”

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