En el arte contemporáneo, la abstracción y figuración continúan siendo dos lenguajes fundamentales. Lejos de seguir trayectorias opuestas, estos enfoques artísticos se cruzan, se contaminan y se nutren mutuamente. A través de sus múltiples expresiones, representan dos caminos que, lejos de extinguirse, siguen renovándose y dialogando con la sensibilidad actual.
La abstracción como refugio emocional

Las corrientes de arte abstracto de hoy trascienden la pura estética. En muchos casos, se convierten en vehículos para canalizar emociones intensas, inquietudes existenciales o el caos del mundo contemporáneo. Artistas jóvenes y consagrados regresan al gesto libre, a la materia, al color entendido como fuerza vital.
Desde los grandes exponentes internacionales como los expresionistas abstractos americanos –Pollock, Rothko– o los informalistas –Tàpies, Fautrier– pasando por la abstracción geométrica –Vasarely– hasta llegar a la actualidad, el arte abstracto revolucionó el concepto tradicional de pintura, enfocándose en el color, la forma y la textura.
No se trata de representar algo reconocible. Lo abstracto, en este contexto, es un acto de liberación: dejar que la pintura, el cuerpo o el material hablen por sí mismos. Es una respuesta a la saturación de imágenes definidas, una invitación a habitar lo ambiguo, lo abierto, lo que se siente pero no se puede nombrar.
La figura humana regresa con nuevas intenciones


A la par, el arte figurativo también ha cobrado nueva fuerza. Lejos del realismo clásico, la figura humana regresa fragmentada, desplazada, a veces deformada. Son cuerpos que no buscan complacer, sino hablar del dolor, del deseo, de la identidad o de la memoria.
Esta nueva figuración no imita la realidad, la transforma. Tiene algo de íntimo, de autobiográfico. Los rostros no siempre son nítidos. Los cuerpos parecen en transición, como si lucharan por sostener su forma o reinventarse. Esta revisión de la tradición figurativa la encontramos tanto en artistas de vanguardia como Antonio Saura y sus icónicos retratos como en figuras que protagonizan el escenario actual tales como Rafa Macarrón.
Abstracción y figuración: ¿es necesario elegir?


Lo más interesante del arte contemporáneo es que ya no exige tomar partido. La abstracción y figuración coexisten, se fusionan y contaminan. Hay artistas abstractos que sugieren formas, y figurativos que exploran lo gestual y lo espontáneo. A veces una mancha se convierte en rostro. A veces un trazo desordenado revela, sin proponérselo, un paisaje emocional.
Más que estilos cerrados, son lenguajes flexibles y en constante mutación.
Un reflejo de nuestro tiempo
Aunque parezcan disímiles, la abstracción y figuración hablan de lo mismo: la experiencia humana. En un mundo atravesado por la incertidumbre, la sobrecarga de información y profundos cambios culturales, ambas tendencias permiten expresar aquello que las palabras no alcanzan.
Al final, lo verdaderamente importante no es si una obra representa algo concreto o no. Lo que importa es si nos conmueve, si nos hace pensar, si nos conecta. Explora y encuentra tu próxima pieza en Setdart.