Marina Pelegrí, cofundadora de Setdart, nos abre las puertas a su mirada sobre el mercado del arte, el auge de las subastas digitales y el nuevo coleccionismo. Conversamos con ella para entender de cerca qué hay detrás de Setdart, la plataforma que ha cambiado las reglas del juego en España, y también para descubrir su vínculo profundo con el arte y los objetos con historia.
Marina, Setdart ha cambiado la forma de entender las subastas en España. ¿Cuál dirías que es el secreto para conectar con el público? Desde el principio apostamos por la innovación, pero si tuviera que señalar un factor clave, diría que es el equilibrio entre tecnología y conocimiento experto. Detrás de la plataforma hay un equipo humano que examina cada pieza con rigor, que asesora, que acompaña. Esa dimensión personal es lo que genera confianza y fidelidad. Setdart no es solo un sitio donde pujar: es una comunidad de amantes del arte, del diseño, de los objetos únicos. Queremos que cada persona que entre en Setdart sienta que está participando en algo más grande: en una forma de coleccionar, de vivir rodeado de belleza, de dar valor a lo que cuenta una pieza.
Habéis tenido ventas impresionantes en estos últimos años. ¿Cuáles destacarías como hitos?
Marina: Hemos vendido desde un Rubens por 2 millones de euros hasta un Keith Haring por más de 500.000, o un Rolex por 50.000. Pero no todo son grandes cifras: cada obra tiene su público, y en Setdart lo sabemos encontrar. A veces una pieza menos mediática provoca una puja frenética porque conecta con una emoción concreta en los coleccionistas.



¿Qué le dirías a alguien que está pensando en vender una obra y se siente perdido?
Marina: Lo primero, que se deje asesorar por expertos. En Setdart hacemos una valoración confidencial y rigurosa, explicando el potencial de cada pieza y el momento del mercado. A veces una obra se vende mejor en un contexto, con una presentación especial o en una subasta temática concreta. Vender una obra no es solo ponerle precio, es contar su historia y encontrar el público adecuado.
¿Qué es lo que hace única la experiencia de una subasta de arte?
Marina: Lo fascinante de una subasta es que todo ocurre en presente. Una subasta de arte va mucho más allá de una simple transacción ya que implica emoción y riesgo. A la emoción y adrenalina del momento se suma el hecho de que es una oportunidad para acceder a piezas únicas que no encontrarás en otros canales Además, hay algo muy bello en ver cómo una obra encuentra a su nuevo dueño en un proceso completamente abierto, donde el valor no lo impone nadie, sino que se revela en directo, a través del interés real que despierta.
¿Qué papel crees que tiene la educación artística en acercar el arte a la gente?
Marina: Es clave. Sin educación artística, el arte puede parecer un mundo hermético. En Setdart trabajamos mucho para contextualizar cada pieza: publicamos fichas técnicas detalladas, textos sobre los artistas y asesoramos a los compradores. Cuanto más conoces una obra, más disfrutas de ella. El conocimiento despierta el deseo.
¿Hay alguna obra que nunca deja de emocionarte personalmente?
Marina: Más que una obra en particular, lo que me emociona es ese momento íntimo que se da cuando una pieza —por sencilla o silenciosa que sea— te detiene. Esa pausa involuntaria, como si algo en la obra reconociera algo en ti. Esa conexión no siempre es lógica ni constante, pero cuando ocurre, es profundamente humana. Y es ahí, en ese instante casi secreto, donde el arte cobra su sentido más hondo.
¿Y si hablamos de lujo? ¿Cuál sería tu pieza imprescindible?
Marina: El lujo, para mí, no es solo una cuestión estética o de exclusividad; también habla de identidad. Transmite algo de quién eres, o de quién has querido ser. Mi pieza imprescindible es un Bolso Kelly de Hermès que fue de mi madre y que ella me regaló. No es solo un icono de elegancia, es un objeto
¿Crees que el mercado de lujo y el de arte están cada vez más unidos?
Marina: Sin duda. Aunque no son exactamente lo mismo, hay una sensibilidad común que los conecta. Al final, hablamos de objetos que van más allá de lo funcional: son creaciones con historia, con autor, con intención. Piezas que no solo se poseen, sino que se eligen porque dicen algo de quien las mira… y de quien las lleva.


¿Hacia dónde crees que evolucionará el gusto de los nuevos coleccionistas?
Marina: Cada vez veo un coleccionismo más transversal y menos condicionado por etiquetas tradicionales. Buscan piezas que les hablen, que tengan historia, y sobre todo, autenticidad. Valoran lo singular, lo bien hecho, y están muy informados: investigan, comparan, quieren saber qué compran y por qué. En ese sentido, más que seguir una tendencia, están construyendo una forma de coleccionar muy personal y libre.
¿Cuál es el mayor reto para Setdart en los próximos 5 años?
Marina: Nuestro mayor reto, y también nuestra ambición, es seguir creciendo sin perder el alma. Setdart ya ocupa un lugar destacado en el mercado del arte y del lujo, pero no creemos en quedarnos quietos. Queremos seguir marcando la diferencia: innovando en la forma de conectar con el público, abriendo nuevas categorías, explorando nuevos mercados internacionales y atrayendo a una nueva generación de coleccionistas. Nos mueve la idea de evolucionar constantemente sin perder lo que nos hace únicos: una mirada propia y una forma de entender el arte como experiencia,
Para terminar, ¿podrías adelantarnos tres piezas singulares que podremos ver en las subastas de septiembre?
Marina: Septiembre llega con fuerza a Setdart: es un mes intenso, con subastas en todas las categorías y muchas piezas que merecen ser descubiertas. Elegir solo tres no es fácil, pero, si tuviera que destacar algunas, empezaría por dos obras muy especiales de Salvador Dalí: un guache de 1975 titulado “Homenaje a Ramon Llull” y la impresionante escultura “Venus Espacial”, de más de un metro veinte de altura. En el apartado de obra gráfica, sobresale una pieza poco habitual en subasta de Joan Miró, “L’enragé”, una combinación de aguafuerte, aguatinta y carborundum que rara vez aparece en el mercado. También es importante un retrato del siglo XVI realizado por Giovanni Battista Moroni, o un San Antonio de José de Ribera en la subasta de Antiguos Maestros.
En artes decorativas, tenemos auténticas joyas, como una escultura del italiano Ferdinando Vichi, un monumental desnudo de Joan Rebull o un escritorio Queen Anne, fechado hacia 1710.
Además, el 30 de septiembre celebraremos una subasta muy especial: la de la colección de arte de AXA Seguros, una empresa que ha depositado su confianza en Setdart para poner en valor su fondo artístico.
Podría seguir con la colección de diseño, con nombres como Ado Chale, Maria Pergay, Pierluigi Spadolini… Los relojes, joyas y bolsos de las grandes casas, con modelos icónicos de Hermès o Chanel… Pero lo mejor es entrar en la web y dejarse llevar. Porque septiembre, en Setdart, no solo promete: sorprende.



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