Tras los ecos de Guglielmo della Porta
Subasta de Artes Decorativas
El lote 35316617, una benditera de contenidas dimensiones realizada en ébano y plata se erige como una de las piezas más importantes de la subasta de julio de artes decorativas.
Tanto la iconografía, como las características formales y la riqueza de los materiales hacen pensar que hubo de ser creada, en origen, para el oratorio privado de un importante comitente. Las figuras principales del relieve central han sido representadas con sumo cuidado, y cuentan con características de gran particularidad, como son las mejillas hundidas de las figuras masculinas, las manos de largos dedos, el movimiento de los ropajes y la expresividad de los rostros. Las figuras del fondo y el busto de Dios Padre, por el contrario, aparecen más bosquejados.
La escena del relieve pudiera haber encontrado su inspiración en una estampa, mientras que la estructura y los modelos, algunos naturalistas y otros idealizados, son reminiscencias de la obra de Guglielmo della Porta (1515 – 1577). Las figuras femeninas pueden encontrarse entre los dibujos realizados por el escultor, así como en algunos de sus trabajos, al igual que los ángeles o la cabeza del querubín. La composición general aparece también en píxides, relicarios y demás elementos devocionales creados por el escultor y por los plateros que lo asistían en su taller.
Guglielmo della Porta estableció un taller en Roma que recibía artistas los cuales, tras un periodo de aprendizaje, podían volver a sus países de origen, establecerse por su cuenta o permanecer con el maestro hasta el final de sus días. Su primer aprendiz fue Jacopo Cobaert, conocido como “Coppe Fiamingo”. Manno Sbarri y Antonio Gentile da Faenza también pasaron por el taller del escultor, aunque en este caso en calidad de colaboradores ocasionales, pues contaban con su propio taller en Roma desde 1550. Hubo, asimismo, otros artistas que aprendieron su oficio con della Porta, como pudieran ser Willem van Tetrode o Giambologna, los cuales se encargaron de diseminar su estilo cuando abandonaron Roma para asentarse en otros lugares, como pudieran Delft o Florencia, respectivamente.
El gran éxito de la obra religiosa de Guglielmo della Porta y la difusión de su iconografía a través de estampas supuso que su estilo se propagase por multitud de talleres del sur de Alemania en los años finales del siglo XVI y durante el siglo XVII.
Precisamente la benditera, si bien guarda relación con la obra de Guglielmo della Porta, como ya se ha mencionado, cuenta con ciertos elementos formales que invitan a encuadrarla entre las producciones alemanas de la ciudad de Augsburgo, destacado centro para la producción de metalistería. La elegante combinación de plata y ébano es característica de la región, y son multitud los ejemplos conocidos, como por ejemplo los producidos por Matthäus Walbaum (1554 – 1632). Los motivos decorativos en plata, como pudieran ser flores, hojas o molduras a modo de cornisas sobre estructura de ébano, recuerdan a aquellos realizados en piezas como el altar de la “Reiche Kapelle” de Múnich, obra de Hans Scheibel y Jakob Anthoni.
La misma aproximación la encontramos en el “Retrato Ecuestre de Maximiliano III (c. 1600), en el “Pomeranian Cabinet” (c. 1610), creación, precisamente, de Matthäus Walbaum o el altar portátil de Jeremias Flicker (c. 1647), cuyo relieve es una copia del representado en el “Calvario” de El Escorial, obra de Antonio Gentile después de un modelo de Guglielmo della Porta.
Además, el estilo usado para el relieve de la benditera se encuentra muy cercano al llamado “Maestro GP”, un platero que trabajó en Augsburgo durante el último cuarto del siglo XVI. La “Adoración de los pastores”, relieve en plata que se puede encontrar en el Museo “für Kunst und Gewerbe” de Hamburgo, es similar al estudiado, no sólo en lo tocante a los modelos de las figuras, sino también en lo relativo a las construcciones del fondo y, sobre todo, con relación al grupo de ángeles del tercio superior los cuales, sobre un semicírculo de nubes, sostienen una filacteria que reza: GLORIA IN EXCELSIS DEO. PAX HOMINIBVS”. Ambas piezas comparten un dibujo atrevido, con trazos seguros, aunque esquemáticos, estando las figuras representadas con gran detalle, lo que revela la textura de los materiales.
