Pocos elementos del entorno doméstico reflejan con tanta elocuencia la evolución de los gustos, costumbres y aspiraciones como el mobiliario. Más que objetos funcionales, los muebles han sido testigos privilegiados de los grandes cambios culturales, sociales y estéticos que marcaron cada época. La subasta de Artes Decorativas del 30 de junio de Setdart reúne tres piezas excepcionales que, separadas por poco más de un siglo, ilustran la diversidad formal, simbólica y técnica de este arte aplicado.
Sorprende, incluso, la marcada diferencia entre dos de ellas, pese a haber sido concebidas en periodos prácticamente contemporáneos. Una muestra perfecta de cómo la geografía, las corrientes estéticas y los contextos políticos moldearon con fuerza el diseño de interiores.
La cómoda: símbolo de estatus y funcionalidad en el rococó sueco

La primera de las piezas es una cómoda-buró rococó sueca, fechada hacia 1760. En el siglo XVIII, este tipo de mueble alcanzó gran protagonismo: era práctico, sí, pero también un símbolo de estatus en los hogares burgueses y aristocráticos.
Bajo el reinado de Luis XV, Francia marcó la pauta del gusto en Europa, impulsando la creación de muebles más elaborados, con cajones ocultos, tapas abatibles y una marcada atención al detalle. Esta cómoda responde a ese espíritu: patas cabriolé, formas ondulantes tipo “bombé” y un uso refinado de la marquetería que resalta la veta natural de la madera sin recurrir al ornamento excesivo. Un ejemplo claro del estilo Luis XV que Suecia adoptó con entusiasmo, antes de transitar hacia la sobriedad del gusto gustaviano.
Neopalladianismo británico y la elegancia exótica del estilo Chippendale

Mientras el rococó triunfaba en buena parte de Europa, Gran Bretaña miraba hacia otro horizonte. En rechazo a la ornamentación excesiva, los británicos abrazaron un estilo más sobrio y racional: el neopalladianismo, inspirado en la arquitectura renacentista de Andrea Palladio y popularizado por figuras como Sir Richard Boyle y William Kent.
Dentro de esta estética, la mesa de escritorio que se presenta en esta subasta representa una de las variantes más singulares del mobiliario inglés: el Chippendale de gusto chinesco. Su diseño recoge la fascinación europea por Oriente, con influencias del imaginario de Catay y una exquisita ejecución en caoba cubana, cuyo veteado aporta profundidad visual. La lacería tallada en los montantes confirma la maestría del artesano y el refinado exotismo que conquistó los salones británicos del siglo XVIII.
El japonisme y la mirada finisecular al Lejano Oriente

Avanzamos casi un siglo y volvemos a Francia. En la segunda mitad del XIX, el japonisme irrumpió con fuerza tras la apertura de los puertos japoneses al comercio internacional. Entre 1854 y 1858, Japón firmó tratados con varias potencias occidentales, y muy pronto el arte nipón —desde las estampas ukiyo-e hasta los netsuke— empezó a fascinar a coleccionistas, diseñadores y artistas europeos.
En París, esta influencia se convirtió en una auténtica corriente estética, especialmente visible en las artes decorativas y el mobiliario de inspiración japonesa. La firma Perret et Vibert, activa desde 1874, supo interpretar esta tendencia con gran sensibilidad. La vitrina que aquí presentamos, pensada para exponer delicados objetos de colección, culmina con un dragón de bronce dorado: una figura mitológica que encarnaba la fantasía oriental tal como la imaginaban los europeos finiseculares.
Claves para elegir y comprar mobiliario antiguo con criterio
Estas tres piezas nos invitan a viajar a través de siglos de historia, desde el esplendor del rococó hasta las geometrías racionales del neoclasicismo británico y el exotismo refinado del japonisme. Cada mueble nos habla no solo de funcionalidad o estilo, sino también de los ideales, obsesiones y referencias culturales de sus creadores y usuarios.
Para quienes deseen iniciarse o ampliar su colección, adquirir mobiliario antiguo puede ser una experiencia enriquecedora tanto estética como históricamente. Sin embargo, hay ciertos factores que conviene valorar:
- Autenticidad y procedencia: Siempre es recomendable contar con documentación o certificados que acrediten el origen y la época de la pieza. En Setdart, cada lote incluye una ficha detallada elaborada por expertos.
- Estilo y contexto histórico: Entender el contexto cultural en que fue creado ayuda a valorar mejor la pieza y facilita su integración en colecciones coherentes o espacios contemporáneos.
- Materiales y técnicas: Maderas nobles, ensamblajes tradicionales y detalles ornamentales son signos de calidad. Familiarizarse con estos elementos ayuda a distinguir entre reproducciones y originales.
- Tendencias del mercado: Algunas tipologías o estilos están en auge entre coleccionistas e interioristas. Estar al tanto puede ser clave si se busca una inversión con proyección.
Explora el catálogo de la subasta de Artes Decorativas I y Artes Decorativas II del 30 de junio y descubre cómo el arte del mobiliario sigue siendo, hoy más que nunca, una ventana privilegiada al pasado.