Coincidiendo con la celebración del centenario del surrealismo, Setdart presenta 5 esculturas monumentales del que fue uno de sus grandes exponentes, Salvador Dalí.
El pasado 15 de octubre el surrealismo cumplió 100 años y, actualmente, sigue siendo uno de los más determinantes y fascinantes movimientos del siglo XX. Precisamente, ese mismo día en 1924, se publicó el primer manifiesto surrealista, por parte del poeta francés André Breton, que marcó el nacimiento oficial de una corriente, que ha dejado una huella imperecedera en todos los ámbitos culturales.
El contexto de profunda crisis en la que Europa estaba sumida tras el conflicto bélico de la Primera Guerra Mundial, fue el germen del que nació la necesidad, por parte de artistas e intelectuales de la época, de encontrar nuevas formas de expresión acordes con el mundo. En respuesta a esta crisis, el surrealismo atacó también la corriente racionalista dominante, cuya aspiración por comprender el mundo, a través de un conjunto de leyes, ya no alcanzaba a representar y explicar, en toda su complejidad, la experiencia y comportamiento humano.
De hecho, el desafío a la lógica y a la realidad, que abanderaron entonces, sigue siendo, y quizás más que nunca, tan necesario y estimulante como lo fue en sus orígenes, retándonos e invitándonos a cuestionar y replantear la forma en que entendemos el arte, la mente humana y, en definitiva, el mundo que nos rodea.
Como no podía ser de otra manera, si hablamos de surrealismo, debemos hablar de Salvador Dalí, quien, con su personalidad excéntrica, y sus imágenes oníricas e intrigantes, nos invita a explorar los aspectos más desconcertantes y ocultos de la existencia humana.
Las esculturas en licitación, realizadas en bronce a la cera perdida, a partir de modelos que Dalí creó con sus propias manos, en la década de los años 70, forman parte de la reedición limitada, a tan sólo 6 ejemplares, de la colección Isidre Clot, integrada por 44 estatuas, que el galerista e íntimo amigo del artista le encargó. Los 5 ejemplares difundidos posteriormente por la fundación Diejasa, que el propio Clot dirigía, materializan la madurez creativa que el genio ampurdanés alcanzó. En ellas, se nos revelan los temas que inquietaron y exaltaron la curiosidad del maestro a lo largo de su vida, y cuya iconografía es ya, en sí misma, todo un símbolo del movimiento surrealista
La relectura de la estatuaria clásica y la mitología griega, el concepto freudiano de la elasticidad del tiempo o la idea de los gemelos como símbolo de desdoblamiento físico y psíquico son solo algunos de los temas, a través de los cuales, Dalí nos sumerge de lleno en el territorio pantanoso de la psique humana, donde nuestros deseos ocultos, contradicciones, obsesiones y recuerdos, como los suyos, encuentran un espacio, en el que manifestarse de forma genuina, sin los impedimentos que impone la razón.
En un mundo, donde el impacto de lo virtual cada vez está más presente en nuestras vidas, desdibujando las fronteras entre lo real y lo ficticio, lo que ves y lo que realmente es, parece que Dalí y el surrealismo cobran más sentido que nunca. Síntoma de ello, es la fascinación que, tras un siglo, es capaz de seguir suscitando no sólo en el mundo del arte, sino en el conjunto de la sociedad. La licitación de este conjunto escultórico monumental es por tanto, un acontecimiento de total relevancia para todos aquellos coleccionistas apasionados por el universo único e incomparable al que el genio de Figueras dio a luz.