Con la llegada de la primavera renace el año y la naturaleza resurge en todo su esplendor. Los árboles florecen, las horas de sol se alargan y los colores que nos rodean se avivan provocándonos sentimientos de alegría, felicidad, y bienestar. Por ello, la tercera estación del año ha sido considerada como símbolo de vida y amor y no es de extrañar que haya sido fuente de inspiración para algunas de las grandes obras de la historia del arte.

En Setdart queremos celebrar la primavera con algunas de las pinturas más icónicas que han relatado sus encantos y belleza.

“La primavera” de Sandro Boticcelli se puede admirar en la galería de los Uffizi en Florencia.

“La primavera” de Sandro Boticelli.

El artista florentino del Renacimiento italiano pintó aquí una obra extremadamente sofisticada y compleja detrás de la que se esconden distintas lecturas y simbolismos. Uno de ellos es la celebración alegórica de la estación de las flores que aparece personificada en tres personajes de la mitología: Céfiro, Cloris y Flora. Cefiro, el Dios del viento, se enamora de la ninfa Cloris convirtiéndola en su esposa por la fuerza. Arrepentido de ello, la transforma en Flora y le entrega como regalo un hermoso jardín en el que reinará eternamente la primavera.

“Canción de primavera” pertenece actualmente a una colección privada.

Una canción de primavera” John William Waterhouse. A partir de 1900,  ya traído por el plenairismo de los impresionistas franceses, William Waterhouse se aleja del dramatismo anterior para trasmitirnos la belleza de esta estación.  Las influencias del impresionismo son obvias en “Canción de primavera” de 1913, obra en la que nos muestra una apacible y delicada escena dominada por una paleta brillante y suave que transmite en todo su esplendor la riqueza del paisaje primaveral

“El Regreso de la Primavera” William-Adolphe Bouguereau, Sus obras caracterizadas por el realismo técnico y el clasicismo académico a menudo están protagonizadas por bellas y sensuales mujeres que como en este caso, tienen un carácter alegórico. De hecho, en las representaciones de la primavera la figura femenina ha sido protagonista como símbolo de fertilidad y vida. Bouguereau, tomando como figura central a una ninfa rodeada por 9 ángeles en un entorno bucólico, nos recuerda el eterno regreso de la primavera.

William-Adolphe Bouguereau, el regreso de la primavera, pintura, 1886.

Flor de almendro”Vincent Van Gogh .Los árboles en flor anuncian el comienzo de primavera y las del almendro ocupan un lugar especial por ser de las primeras en dejarse ver, antes incluso de la propia llegada de la primavera. Van Gogh era muy consciente de su asociación con el renacer cuando, a principios del año 1890, se decidió a pintar esta obra como símbolo del nacimiento de su sobrino encontrando en el florecer del almendro la metáfora perfecta de un nuevo comienzo.

Mientras esperamos poder disfrutar de la primavera, disfrutemos de estas obras que tan vivamente pueden hacérnosla sentir.

“Flor de almendro” está expuesta en el Museo van Gogh, Ámsterdam,

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