Joan Miró: la libertad de creación en la obra gráfica.

Bajo el  estilo inconfundible con el que identificamos al instante la obra de Joan Miró, se esconde el carácter universal de uno de los creadores más singulares  y rompedores que nos brindaron las vanguardias artísticas. El personal lenguaje que el artista alcanzó buceando en el mar fértil de los ismos, dio luz, a una forma de expresión completamente nueva, que desarrolló a través de múltiples técnicas artísticas. En este sentido, la faceta como grabador y litógrafo  en las que Miró se volcará a partir de mediados de siglo, constituye una de las mayores y más ricas aportaciones al mundo de la gráfica  del pasado siglo.

A partir de la serie de aguafuertes, carborundums y aguatintas  reunidos en nuestra subasta del próximo día 21, se sintetizan gran parte de los aspectos más reconocibles y únicos que conformaron el estilo de uno de los artistas más influyentes del siglo XX.  La importancia de la gráfica mironiana encuentra su reflejo en el espléndido momento que vive dentro del mercado artístico, donde su obra, sigue siendo una de las grandes protagonistas. Tal como demuestran los remates que alcanza en subasta, el artista catalan se mantiene, año tras año, a la cabeza de los artistas más deseados y valorados en el sector del coleccionismo, tanto en el mercado nacional como internacional.

Liberado por completo de cualquier impostura académica o atisbo de convencionalismo, Miró se inicia en la obra gráfica cuando es ya un artista reconocido. Como el gran inconformista que fue, tras un primer contacto con las técnicas de grabado en el París de los años 30, Miró se imbuye en un  proceso  constante de experimentación con las diferentes vertientes calcográficas  y sus  múltiples  posibilidades plásticas y estéticas, hasta alcanzar, durante la década de los años 70, la cumbre de su producción.

A esta década pertenece este conjunto de grabados que representan la plenitud del lenguaje plástico y virtuosismo técnico con el que desarrolló algunas de sus series más emblemáticas como Mallorca (lote 35217452), Barcelona (lote 35217450 y 35185247) o Espriu (lotes 35217449 i 35217451). En ellas, Miró dará vida a su particular concepción e interpretación del surrealismo, donde, bajo el sustrato irracional y onírico, transforma los objetos y  personajes en símbolos y formas que le acompañaran, de forma imperecedera, desde sus primeros años hasta el fin de su carrera. Lejos de considerarla como una producción secundaria o subordinada a la práctica pictórica, Miró concibe una obra gráfica con entidad propia, en la que, incluso, anticipa aspectos que posteriormente trasladará a la creación pictórica.

Video explicatibo sobre Miró y su obra.

En este sentido, junto a su personal y reconocible cromatismo, podemos identificar elementos recurrentes tales como  las siluetas de carácter indefinido que, entremezclando lo geométrico con lo orgánico, se sostienen en el vacío de sus característicos fondos blancos, los pequeños estallidos de color que  emergen de la superficie o los sempiternos símbolos que, como la estrella, la espiral o el ojo conformaran el vasto universo mironiano.

Además de los aspectos plásticos, Miró refleja en su trabajo como grabador tres conceptos fundamentales que atravesarán toda su trayectoria. Mientras en series como “Barcelona” y “Mallorca”, subyace el profundo arraigo  que le unió a su tierra, en los grabados pertenecientes a la serie “ Espriu- Miró”  transluce el férreo compromiso con la cultura y la política de su país. Asimismo, su pasión por la poesía y la  relación que mantuvo con los grandes poetas del momento, ejercerán una intensa influencia que le llevará a trasladar plásticamente  el universo poético  de figuras, como el mismo Salvador Espriu o J. V. Foix. A este respecto y gracias, sobre todo, a los lazos que en la etapa surrealista unieron a poetas y pintores, Miró colabora en la realización de múltiples libros que, como el que aquí presentamos, ilustrará con más de 73 litografías los versos de Tristan Tzara para “Parler Seul” (lote 35226862).

 

 

“Que la gente comprenda que ayudé a liberar no sólo la pintura, sino el espíritu de los hombres” Con estas palabras, Miró nos revela la verdadera razón  tras la que concibe toda su creación y, que como un  monumental ejercicio de libertad creativa transpira em todas y  cada una de sus obras gráficas,