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Román Ribera Cirera (Barcelona, 1849 – 1935). “La siesta”.

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Román RIBERA CIRERA

RIBERA CIRERA, Román (Barcelona, 1849 – 1935).
“La siesta”.
Óleo sobre lienzo.
Firmado en el ángulo inferior izquierdo.
130 x 150 cm; 147 x 167 cm (marco).

Esta obra participó en la exposición «La febre d’or. Escenes de la nova burgesia», CaixaForum Girona, 2011, y aparece en el correspondiente catálogo: Miguel Ángel Codés Luna et. al, La febre d’or, escenes de la nova burguesia, 2011, p. 119 y cat. 70.

 

Pintor catalán, Román Ribera Cirera estudia dibujo en la Escuela de La Llotja de Barcelona, y pintura en la academia de Pere Borrell. Amplía sus estudios en Roma, entre 1873 y 1976, y viaja y expone en Londres. En la capital italiana asiste a una academia y se dedica a la pintura, pero evitando el contagio del amaneramiento academicista de la escuela romana. En 1877 marcha a París, de la mano del marchante Goupil. Allí continuó su formación, esta vez estudiando directamente escenas de la vida callejera parisina. Un año después participará en la Exposición Universal de París, donde obtuvo un éxito decisivo gracias a las tres obras que presenta, de un notable verismo de raíz literaria. De esta temática pasa seguidamente a la plasmación de la vida elegante, en obras como “Salida del baile”, que alterna con escenas de género en la tradición barroca española. En 1881 tomó parte en la Exposición Nacional de Madrid, y en 1883 se le concedió la Encomienda de Isabel la Católica. Tras doce años en París regresa a Barcelona, donde expondrá en el Centro de Acuarelistas, la Asociación Artística y Literaria y en las salas Parés y Rovira, así como en las Exposiciones Universal de 1888 y de Bellas Artes de 1894. Individualmente muestra asiduamente su obra en la sala Rovira y, en grupo, integrado en la Sociedad Artística y Literaria de Cataluña. Formó parte de diversos jurados oficiales, y también de la Junta de Museos de Barcelona, en 1901. En 1915 fue nombrado Socio de Mérito del Círculo Artístico de la ciudad condal. Se conserva obra suya en el Museo de Arte Moderno de Barcelona y en el museo de la abadía de Montserrat.

Seguidor de la veta realista iniciada por Ramón Martí Alsina, Román Ribera dedica sus lienzos a la vida decadente y fastuosa de la burguesía parisina de fin de siglo. Como fiel seguidor del nuevo realismo, el pintor trató de plasmar “pedazos de vida”, tomando la realidad tal como se presenta. Su obra se enmarca dentro del llamado anecdotismo, siendo Ribera un pintor especialmente interesado por lo concreto, por la captación de un momento preciso, de la anécdota. Esta obra pertenece a su segunda etapa, iniciada durante sus últimos años en París y en la cual centra su temática en la figura femenina. El tipo femenino que le atrae es la mujer joven y bella, elegante y distinguida. Generalmente la pinta aislada, de busto o de cuerpo entero, y siempre muy bien vestida. Ribera plasma a estas mujeres en escenas relacionadas con el baile y generalmente en interiores, como sucede en este lienzo. Respecto al cromatismo, en este periodo el pintor emplea matizaciones delicadas, y una paleta rica dominada por las gamas cálidas, característica por otra parte común a toda su obra.

 

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