"Desnudo de odalisca" de Sunyer

La pintura de Joaquim Sunyer tuvo sumo poder evocador, siendo ejemplo de equilibrio plástico y sugerente sensualidad.

Esta joven recostada en la alcoba, entre cobertores y cojines, plácidamente entregada al sueño, relaja sus músculos y el tono nacarado reluce en su tersa piel desnuda. Con los brazos en torno a la cabeza, al modo de la maja goyesca, deja que cada rincón de su cuerpo se muestre en sus cimbreantes formas.

Los balaústres forjados del balcón parecen cimbrearse también en serpentinas eses, como haciéndose eco de la sinuosa volumetría femenina. Tras él, se divisa un frondoso jardín.

La paleta se conjuga hábilmente para realzar las carnaciones lozanas, matizándose en los almohadones. Estamos ante un lenguaje basado en composiciones esenciales de estructuras nítidas y transparencias cromáticas, de pulso sensual netamente mediterráneo.

Lote 35206825. JOAQUIM SUNYER DE MIRÓ (Sitges, Barcelona, 1874 – 1956). "Desnudo de odalisca", 1934-1935.
Autoretrato, años 50.

Considerado uno de los máximos representantes del estilo novecentista, Joaquim Sunyer (Sitges, Barcelona, 1874 – 1956) fue sobrino del también pintor Joaquim de Miró i Argenter, con quien se inició en la pintura. Tras estudiar en la Escuela de La Lonja de Barcelona, Sunyer inicia su carrera como ilustrador de escenas populares en “La Vanguardia”, en 1896. Ese mismo año tomó parte en la Exposición de Bellas Artes. En París trabó amistad con Picasso y Hugué, y expuso en los Salones. Entre 1905 y 1906 viaja por Castilla, por iniciativa del marchante Henri Barbazanges. Regresa en 1907 a París, y realiza diversas muestras en la capital francesa y en Lieja. Se instala en Sitges en 1910, en un momento en que introduce temas mediterráneos y las figuras de canon simplificado influido por Cézanne. En 1911, Sunyer organiza una muestra personal en el Faianç Catalá que le situó, habiendo fallecido Nonell, a la cabeza de la pintura catalana del momento. Durante los años siguientes se dedica a viajar y exponer por Europa, pero regresa a Cataluña al estallar la Primera Guerra Mundial. Establecido en Sitges, participa no obstante en los Salones de París y Barcelona. Tras huir de España a causa de la Guerra Civil, regresa a España y se instala en Barcelona en 1942. En 1949 le fue concedida la Legión de Honor, y posteriormente se le dedicaron salas especiales en las Bienales Hispanoamericanas de Arte de Barcelona. En la de La Habana, en 1954, se le concedió el gran premio al conjunto de toda una vida de trabajo. Asimismo se celebró en Madrid una muestra antológica en 1974, conmemorando el centenario de su nacimiento. Actualmente, Joaquim Sunyer está representado en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, el de Bellas Artes de Bilbao, el Centro Georges Pompidou de París y el Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid.