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Escuela peruana del siglo XVII

Escuela peruana del siglo XVIILote en subasta:

Escuela peruana del siglo XVII.
“Patio interior del Palacio del Virrey en Lima”.
Óleo sobre lienzo.
Medidas: 125 x 172 cm.

 

 

En este lienzo vemos una detallada vista del patio interior del Palacio del Virrey de Lima, hoy Palacio de Gobierno del Perú. El edificio original fue construido por mandato de Francisco Pizarro en 1536, sobre los territorios que habían pertenecido al curaca Taulichusco, para que fuera su residencia y la sede de la gobernación de Nueva Castilla. Durante la etapa colonial fue la residencia de los virreyes del Perú, y pasó por saqueos, terremotos e incendios que destruyeron parcial o totalmente el edificio. No obstante, las sucesivas reedificaciones mantuvieran la disposición y la planta originales, si bien con el paso de los siglos las modificaciones serán cada vez más libres, hasta llegar a las reformas de la primera mitad del siglo XX. La edificación original fue de adobe y, siguiendo los usos de Castilla, con dos grandes patios y amplios espacios destinados a la tropa y las caballerizas.

En este cuadro se nos muestra un amplio patio interior de clara herencia española, organizado de forma racional, con una calle central delimitada por parterres en la que destaca una fuente de piedra, de estructura vertical. El patio queda delimitado a ambos lados por arquerías, tras las cuales se alzan las densas copas de los árboles, dispuestas como los muros en estricta perspectiva, un tanto forzada, como es corriente en la escuela colonial barroca. El patio queda delimitado en el frente por dos verjas ornamentales, y al fondo por un muro plano con varios vanos y una gran puerta monumental con pilastras a los lados y frontón triangular. A través de esta puerta podemos ver un camino que parte, siempre en línea recta, hacia un gran edificio blanco, cuyas formas quedan difuminadas por efecto de la distancia. Sobre la balaustrada que remata este muro se alza una esbelta palmera, que funciona como eje de simetría de la composición, recortándose contra un cielo azul que se torna blanco en su parte baja debido a las nubes bajas que lo cubren. El horizonte, muy alto pese al punto de vista del resto de la composición, queda cerrado por montañas azuladas.

El patio no aparece vacío, sino que en él se escenifica una escena cortesana. En primer plano vemos un carruaje tirado por cuatro caballos de estilo popular, con una dama ataviada al estilo español en su interior. De hecho, todos los personajes que vemos lucen la moda española de la época: las mujeres con guardainfantes y cuellos blancos bordados, y los hombres de negro, con golilla y calzón. Tras el carruaje vemos una escena de carácter podríamos decir que galante, protagonizada por una dama y un caballero que se encuentran ante la fuente. El caballero, que luce la cruz de Santiago en su capa, se inclina y se quita el sombrero para saludar a la dama, que inclina a su vez la cabeza con modestia, mientras muestra su azoramiento llevándose una mano al rostro, con timidez. En el lado derecho vemos a dos damas, con la cabeza cubierta por una mantilla, sentadas en el suelo al modo español, contemplando la escena. Algo más hacia el fondo aparece un jardinero trabajando en uno de los parterres. En el lado izquierdo vemos a dos parejas de figuras paseando, caminando hacia el fondo del patio: dos monjes delante y dos caballeros más cerca del primer plano.

Dentro de la escuela colonial del barroco, podemos enmarcar esta obra dentro del conjunto de pinturas cuya principal función fue la de referencia, documento o testimonio gráfico de carácter histórico. Como es lógico, en estas obras el estilo se pliega a las exigencias de su función, por lo que utilizarán un lenguaje esquemático y sintético, rico en detalles y de preciso dibujo.

 

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