Fiesta campestre. Seguidor de Pieter Brueghel

Cortejos nupciales, bailes y fiestas populares fueron los temas predilectos de Pieter Brueghel El Viejo, cuyo taller en Amberes fue centro de formación para los más importantes pintores flamencos del periodo renacentista.

El autor de esta “Fiesta campestre” (véase lote 35162907) que puede adquirirse estos días en Setdart Subastas debió pertenecer al círculo del maestro. Por temática y por estilo es muy próximo al fundador de la importante dinastía de pintores holandeses, los Brueghel.

Utilizando recursos escénicos que parten de esta valiosa enseñanza, el pintor logra plasmar la vida cotidiana flamenca con gran veracidad.

Estamos ante una celebración popular, una fiesta aldeana. Los campesinos han subido al monte (el pueblo se divisa en la lejanía) y bailan en pareja o solos; incluso una mujer baila con un perro. Algunos, agotados por la juerga y la bebida, duermen profundamente, recostados en la hierba.

El dibujo minucioso y expresivo caracterizando a los personajes y sus vívidos comportamientos se combina con una pincelada más libre en la representación del paisaje, espléndido también, trabajo en distintos niveles de profundidad, asumiendo unos tonos azulados en el horizonte.

Lote: 35162907. Escuela flamenca. Seguidor de Pieter Brueghel, s.XVI. "Fiesta campestre".

Brueghel realizó el mismo tema en una obra de madurez, “La danza campesina” (conservada en el Museo de Historia del Arte de Viena), pero estilísticamente la tabla que nos ocupa es más afín a cuadros tempranos de Brueghel, donde el paisaje cobraba mayor protagonismo y las figuras eran menos monumentales que en su obra tardía

La perspectiva elevada, el encuadre alto que permite desplegar una amplia panorámica, también parte de esquemas brueghelianos. Sin embargo, en la tabla que nos ocupa está exenta la voluntad moralizante (o al menos, queda muy velada) que sí se patentiza en muchos cuadros de Brueghel. Probablemente, la intención del autor era meramente rendir homenaje a la alegría compartida de los aldeanos en sus días de fiesta. La innegable calidad artística se acompaña, en este tipo de cuadros, de un gran valor antropológico.

Fundador de la dinastía de pintores Brueghel, Pieter Brueghel El Viejo (Breda, h. 1525 – Bruselas, 1569) es considerado uno de los grandes maestros del siglo XVI. Con Jan Van Eyck, el Bosco y Pedro Pablo Rubens, es considerado como una de las cuatro grandes figuras de la pintura flamenca. Se le suele considerar como el primer artista occidental que pintó paisajes por sí mismos, en lugar de como telón de fondo de alegorías religiosas.

 

 

Brueghel destacó, sobre todo, en escenas familiares y populares, escenas de género, pobladas por campesinos, a menudo con un gran elemento paisajístico. Ejemplos de esta temática son: Juegos de niños, El banquete de bodas, La parábola de los ciegos (1568), El país de Jauja y Danza de campesinos. En estas escenas había una intención moralizante, representando los defectos del ser humano, algo que también había hecho El Bosco en, por ejemplo, La Piedra de la Locura. Así, La parábola de los ciegos representaría la necedad del mundo, mientras que El país de Jauja (1567) representaría lo efímero de los bienes materiales.