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Antoni Tàpies

SETDART PRESENTA DOS OBRAS ORIGINALES DE TÀPIES

 

Antoni TÀPIES_Ulleres i plujaTÀPIES PUIG, Antoni (Barcelona, 1923 – 2012).
“Ulleres i pluja”, 1979.
Lápiz y pintura sobre papel de estraza.
Firmado en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 36 x 51 cm; 67 x 82 cm (marco).
Figura en el archivo de la obra completa de Tàpies, con el número de foto T-9239.

 

 

En esta obra Tàpies nos invita a mirar más allá de la apariencia de las cosas cotidianas, construyendo todo un universo a partir de dos elementos: las gafas, trazadas con una línea quebrada y vibrante, pero perfectamente reconocibles, y la lluvia, apenas unas líneas irregulares con las que el maestro logra conformar toda una atmósfera: la limpia luz blanca y gris de un día de otoño, los reflejos en los charcos, el ritmo de las gotas de agua al caer sobre el suelo… Tàpies invita así al espectador a descubrir la importancia de las pequeñas cosas, de los pequeños momentos, la poética de lo cotidiano, instándonos a ver lo global desde lo pequeño, a construir el todo desde los fragmentos.

Antoni TÀPIES_Collage del peu

TÀPIES PUIG, Antoni (Barcelona, 1923 – 2012).
“Collage del peu”, 1986.
Pintura y collage sobre papel.
Firmado en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 65 x 90 cm; 97 x 122 cm (marco).
Figura en el archivo de la obra completa de Tàpies, con el número de foto T-4850.

 

 

En esta obra Tàpies trabaja con su personal paleta tendente a la monocromía, que huye de las estridencias y del impacto emocional fácil, directo. Utiliza el negro y el gris y los pone en diálogo con el blanco del papel, aprovechando al máximo la expresividad del vacío que el maestro aprendió del arte oriental. Así, el trazo se convierte en caligrafía, evocando la palabra escrita pero sin llegar a concretarla, instando al espectador a que lea la imagen en su conjunto y no un texto concreto, y a la vez las formas se convierten en signos que provocan en nosotros todo un mundo de ideas asociadas.

 

EL ARTE DE TÀPIES

De formación autodidacta, Tàpies ha creado un estilo propio dentro del arte de vanguardia del siglo XX, en el que se combinan la tradición y la innovación dentro de un estilo abstracto pero lleno de simbolismo, dando gran relevancia al sustrato material de la obra.

Cabe destacar el marcado sentido espiritual dado por el artista a su obra, donde el soporte material trasciende su estado para significar un profundo análisis de la condición humana. La obra de Tàpies ha tenido una gran valoración a nivel internacional, estando expuesta en los más prestigiosos museos del mundo.

Gran defensor de la cultura catalana, de la que está profundamente imbuido, Tàpies es un gran admirador del escritor Ramón Llull, así como del románico catalán y de la arquitectura de Gaudí. A la vez, aprecia el arte y la filosofía orientales, que como su propia obra diluyen la frontera entre materia y espíritu, entre hombre y naturaleza. Influido por el budismo, muestra en su pintura cómo el dolor, tanto físico como espiritual, es algo inherente a la vida.

 

BIOGRAFÍA

Antoni Tàpies se inicia en el arte durante la larga convalecencia de una enfermedad pulmonar. Progresivamente se dedicará con mayor intensidad al dibujo y a la pintura, y finalmente deja sus estudios de Derecho para dedicarse por completo al arte.

Cofundador de “Dau al Set” en 1948, empieza a exponer en los Salones de Octubre de Barcelona, así como en el Salón de los Once celebrado en Madrid en 1949. Tras realizar su primera muestra individual en las Galerías Layetanas, viaja a París en 1950, becado por el Instituto Francés. En estos años inicia su participación en la Bienal de Venecia, expone de nuevo en las Layetanas y, tras una muestra en Chicago, en 1953 expone de forma individual en la galería neoyorquina de Martha Jackson.

Desde entonces se sucederán sus muestras, tanto colectivas como individuales, por todo el mundo, en destacadas galerías y en museos como el Guggenheim de Nueva York o el de Arte Moderno de París. Desde los años setenta se le han dedicado antológicas en Tokio (1976), Nueva York (1977 y 2005), Roma (1980), Ámsterdam (1980), Madrid (1980), Venecia (1982), Milán (1985), Viena (1986) y Bruselas (1986).

A lo largo de su carrera ha recibido numerosos premios y distinciones, entre los que cabe destacar el Praemium Imperiale de Japón, el Nacional de Cultura, el Gran Premio de Pintura en Francia, el de la Fundación Wolf de las Artes (1981), la Medalla de Oro de la Generalitat de Cataluña (1983), el Premio Príncipe de Asturias de las Artes (1990), la Medalla Picasso de la Unesco (1993) y el Premio Velázquez de Artes Plásticas (2003).

Antoni Tàpies está representado en los principales museos de todo el mundo, como la fundación que lleva su nombre en Barcelona, el Reina Sofía de Madrid, los Guggenheim de Berlín, Bilbao y Nueva York, el Museo de Arte Fukoka de Japón, el MoMA de Nueva York o la Tate Gallery de Londres.­­­­

 

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