La joyería a través de los siglos XIX, XX y XXI.

Durante el siglo XIX, en joyería, como en todos en todos los demás ámbitos artísticos, se sucedieron una gran variedad de modas y estilos. Las joyas tenían una gran carga simbólica y emotiva. Guardapelos, portarretratos e incluso piezas elaboradas con cabello humano eran de uso común. Destacaban también las joyas transformables y polivalentes, conjuntos de perlas juntos exuberantes gargantillas y broches florales repletas de diamantes, así como pendientes desmontables.

Este conjunto lo encargó el rey Fernando VII, en 1812.

El siglo XX empieza marcado por la Belle Époque, comienzan su andadura figuras tan importantes para la joyería como el diseñador francés Cartier. Los diseños en la joyería de la época son delicados y llenos de motivos florales,  con curvas orgánicas. También aparece  la figura femenina combinada  con  animales y las sílfides.

Broche Belle Èpoque, creación del orfebre Masriera subastado en Setdart.

 

Después de la I Guerra Mundial,  la Belle Époque deja paso al Art Déco, cuya influencia perdura  hasta la década de los 50. Aparecen en la joyería las formas geométricas y los colores y se ponen de moda las piedras preciosas, especialmente diamantes y perlas.

Pendientes Art Déco subastados en Setdart con diamantes y esmeraldas.

Tras la II Guerra Mundial  y ante la escasez de materiales preciosos, éstos se utilizan en pocas cantidades o en finas láminas. En esta época se pusieron de moda las cadenas cilíndricas y huecas, los tubos de oro sinuosos y los broches grandes con motivos florales. En los años 50, las firmas de alta costura vuelven a poner de moda las joyas de oro, las gemas y, especialmente, los collares de perlas.

En los años 60  triunfa el mundo de la juventud y la estética pop, llegan las gargantillas y las maxi pulseras y pendientes, se disuelve  la frontera entre lo masculino y lo femenino

La modelo Twiggy, un icono de los años 60.

En la década siguiente, las joyas son el reflejo de la sociedad, culto por lo individual, poco gusto estético  y practicidad. Dejan de manifestar opulencia, con la intención de que pendientes, collares,… sirvan para toda ocasión.

Grandes marcas de joyería empiezan a tener mucha influencia: Bulgari, Van Cleef and Arpels, etc.

Grace Kelly con uno de los collares más icónicos de la firma Van Cleef & Arpels.

 

En los años 80 hay un cambio radical en la joyería. Se imponen llamativas y ostentosas joyas en oro pulido. La mujer quiere demostrar su poder y su lado más femenino.

La modelo Cindy Crawford, una de las modelos más famosas de los años 90.

 

Los años 90, época muy sobria en joyería, es la década de las copias. Son unos años marcados por gargantillas de plástico y pulseras para los más jóvenes.

En el siglo XXI el mundo de la joyería clásica vive un revival del siglo XX y la joyería moderna se apoya en la tecnología actual para crear diseños imposibles.