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RAMON CASAS (Barcelona, 1866 – 1932). “Claustro del monasterio de Sant Benet de Bages”.

RAMON CASAS

Lote en subasta:

CASAS CARBÓ, Ramón (Barcelona, 1866 – 1932).
“Claustro del monasterio de Sant Benet de Bages”.
Óleo sobre lienzo.
Firmado en el ángulo inferior izquierdo.
Medidas: 93 x 116 cm; 113 x 135 cm (marco).
Estimacion: 75.000 euros

 

 
Ya en 1881 Ramón Casas, que entonces tenía sólo quince años, publicó un esbozo de este claustro en la revista “L’Avenç”, fundada ese mismo año por Jaume Massó. Bastantes años después, en 1909, la familia del pintor adquiere el monasterio (que pasará a manos de Casas tras la muerte de su madre), y encarga su restauración al arquitecto modernista Josep Puig i Cadafalch.

En este magnífico lienzo Casas parece revelar el alma oculta del monasterio benedictino, la atmósfera de contemplación, silencio y meditación que ha sobrevivido al paso de los siglos para crear un puente entre los antiguos monjes y el maestro del modernismo catalán. Con tan sólo unos pocos elementos, Casas atrapa la apariencia fugaz del lugar en un momento determinado, al modo de los impresionistas, pero también va más allá hablando a través de las paredes y los suelos desnudos, a través de las bóvedas que reflejan la luz y vibran de matices cromáticos con la sombra, de un pasado de recogimiento y oración, que tiene su eco en el melancólico fin del siglo XIX.

Destacado pintor y dibujante, Casas se inicia en la pintura como discípulo de Joan Vicens. En 1881 realiza su primer viaje a París, donde completó su formación en las academias Carolus Duran y Gervex. Al año siguiente participa por primera vez en una muestra en la Sala Parés de Barcelona, y en 1883 presenta, en el Salón de los Campos Elíseos de París, un autorretrato que le valió la invitación para convertirse en miembro del salón de la Societé d’Artistes Françaises. Los siguientes años los pasa viajando y pintando entre París, Barcelona, Madrid y Granada. En 1886, aquejado de tuberculosis, se asienta en Barcelona para recuperarse.

Allí entra en contacto con Santiago Rusiñol, Eugène Carrière e Ignacio Zuloaga. Tras un viaje recorriendo Cataluña junto a Rusiñol, en 1889, Casas regresa con su amigo a París. Al año siguiente participa en una colectiva en la Sala Parés, junto con Rusiñol y Clarasó, y de hecho los tres continuarán realizando exposiciones conjuntas en dicha sala hasta la muerte de Rusiñol en 1931. Sus obras de este momento se encuentran a medio camino entre el academicismo y el impresionismo francés, en una suerte de germen de lo que sería más tarde el modernismo catalán. Su fama continúa extendiéndose por toda Europa, y realiza exposiciones de éxito en Madrid y Berlín, además de participar en la Exposición Mundial de Chicago de 1893.

Casas se establece definitivamente en Barcelona, inmerso en el ambiente modernista, aunque sigue viajando a París para los salones anuales. Financió el local que sería punto de referencia para los modernistas, el café Els Quatre Gats, inaugurado en 1897. Dos años después organiza su primera muestra individual en la Sala Parés. Mientras crecía su fama como pintor, Casas empezó a trabajar como diseñador gráfico, adoptando el estilo Art Nouveau que llegó a definir al Modernismo catalán. En los años siguientes se suceden sus éxitos: presenta dos obras en la Exposición Universal de París de 1900, gana un premio en Munich en 1901, varias de sus obras quedan en la exposición permanente del Círculo del Liceo, realiza diversas muestras internacionales y, en 1904, obtiene el primer premio en la Exposición General de Madrid. Está representado en el Museo del Prado, el Nacional de Arte de Cataluña, el Nacional Reina Sofía, el Thyssen-Bornemisza, el de Montserrat, el Cau Ferrat de Sitges, el Camón Aznar de Zaragoza y los de Arte Contemporáneo de Barcelona y Sevilla, entre muchos otros.

 

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